Siempre fui una idealista y soñadora. Inquieta en mi mundo interior y haciéndome preguntas bastante difíciles de responder. Hoy tengo 49 años, 4 niños y conservo mi esposo hace 18, y créeme que ese no es un dato menor después de haber atravesado unas cuantas crisis (conmigo misma) y la última (la de los 40) bastante fuerte como para empujarme de una vez a cambiar.​​Aplicada, obediente nunca causé demasiados problemas, ni siquiera en mi adolescencia.

Fui a la universidad, como corresponde según dicen, me recibí de nutricionista a los 26 años. Y, empieza la primera crisis. Con unos pocos conocimientos y sin ningún tipo de experiencia salí a buscar trabajo mientras empezaba un postgrado para aumentar mis conocimientos (que nunca me parecían suficientes) y luego otro y otro y así, fui sumando postgrados, cursos y maestrías cambiando de lugares de trabajo y también de residencia.

Encuentro mi príncipe azul, no el de Cenicienta, uno real, de los de ahora… si, si lo vas a encontrar pero cuando no lo necesites para ser feliz. Y bueno, faltaban los niños.

Llegó María Victoria una reina ella.  Madre primeriza, a los 32 años, idealista de la maternidad pero ninguna idea de la maternidad “real” en fin… Imaginen lo que le tocó a María Victoria

Llega María Clara una pícara amante de los animales. Madre concentrada en encontrar un trabajo que le permita independizarse y autorrealizarse  y, ¡pobre María Clara! Mas en casa de la abuela que en la propia.

Vino María Emilia con una personalidad arrolladora. Madre con unos problemas existenciales divinos. Esposo ya empezaba a ponerse nervioso porque ¿quién iba perpetuar el apellido? 

Y llegó, si, si llegó Juan Diego, por suerte le gusta el futbol. A los 10 días del nacimiento de Juan cumplí 40 años.Y para compensar , el conflicto interno y la baja autoestima , inicié una Maestría en Nutrigenómica

¿Cómo te ves cumpliendo 40, con tu única cesárea, puerperio, dolorida, desalineada, ojerosa, llorona, deprimida y con 40 años?

Luego , ya inmersa en una profunda crisis, mas 4 niños sin poder ser la madre ejemplar que esperaban que sea, frustradísima con mi práctica profesional y cada vez más lejos de mi independencia económica, comencé un nuevo camino, de preguntas y tras la búsqueda de respuestas

Te preguntarás cómo fue que salí de ahí ….

Busqué AYUDA , y la vida me encontró con BEA (mi mentora) quien me brindó todas las herramientas para que, focalizada en mi mundo interior, emprendiera mi proceso de CAMBIO.

Me inscribí en la carrera de coaching ontológico, y neuropsicoeducación y si….. también terminé mi maestría en nutrigenómica.

Aquí estoy hoy, con la ilusión de compartir contigo todo lo que fui aprendiendo.

Hoy sigo en continuo cambio.…. pero mas tolerante conmigo misma, mejorando en mi rol de madre, a mi ritmo, sin compararme y …( aunque mis hijos mucho no lo notan ) siento que he ido aceptandome, sin juzgarme duramente.
He CAMBIADO mi enfoque respecto de la Nutrición y Alimentación, la vida, el concepto de salud y del hombre

Me encanta transmitirlo con un poco de ciencia y un poco de experiencia de Vida